Recuerdo esa sensación de ingenuidad. El cambio climático era un oso polar a la deriva en un documental lejano, una cifra abstracta en un gráfico científico. Era el problema de mis nietos, no el mío. ¡Qué equivocado estaba! Ahora, abro la ventana cada mañana y el futuro no solo ha llegado, sino que se ha instalado en mi sala de estar.
La Naturaleza Perdió el Reloj ⏰
Si me preguntaran cuál es la señal más inquietante, diría que es la pérdida de la memoria estacional. Mis abuelos podían predecir la cosecha con solo mirar las nubes de marzo. Yo ya no puedo.
Donde antes había una transición suave, ahora solo hay saltos bruscos. Las lluvias de primavera llegan como un diluvio bíblico que desborda ríos y borra caminos, solo para desaparecer y dejar paso a una sequía canicular que agrieta la tierra como una piel vieja. Es un juego de extremos: pasamos de la sed a la inundación en cuestión de semanas. Las plantas, las aves migratorias, todo está confuso. ¡El ciclo de la vida, ese reloj perfecto, está funcionando mal!
El Fuego en el Horizonte 🔥
Pero lo que realmente me ha sacudido es el calor. No el calor agradable del verano, sino una fiebre ambiental que se pega a la piel. Las olas de calor ya no son eventos aislados; son el nuevo verano. Se extienden, duran más, y por la noche, el asfalto sigue radiando ese calor insoportable que no permite conciliar el sueño.
Y con el calor llega el monstruo: los incendios forestales. Ya no son pequeños fuegos; son infiernos descontrolados, alimentados por la vegetación seca y vientos feroces. He visto el cielo teñido de naranja por el humo a kilómetros de distancia. Es una visión apocalíptica que nos grita una verdad incómoda: la Tierra está enferma, y nosotros estamos sintiendo sus síntomas.
Una Alerta Personal
Esto no es un debate político ni una teoría conspirativa. Es mi realidad. Es el aumento en mi factura del aire acondicionado, el estrés de los agricultores locales, la ansiedad al ver el pronóstico del tiempo. El cambio climático dejó de ser una amenaza para convertirse en una consecuencia palpable.
Es un despertador estridente. Si ya lo estoy sintiendo en mi rutina, ¿qué nos espera si no actuamos ahora? No podemos seguir mirando hacia otro lado. El futuro es hoy, y nos está pidiendo a gritos que lo salvemos.
.png)
No hay comentarios:
Publicar un comentario